agosto 28, 2008

PPR y el derecho a la sustantividad


¡Gorki (no Máximo, sino extremo) es culpable!, de eso no me cabe la menor duda.

Tras años de una educación parcializada con que fuimos entrenados, además, para evadir la realidad desde sus nombres, el líder de la banda Porno Para Ricardo es culpable, cuando menos, de sustantividad.

Gorki es culpable de gritar lo que piensa en un espacio que se lo prohibe; donde, si el grito no coquetea con "lo decente" y lo pensado transgrede lo "aceptable", entonces su accionar todo constituye una violación.

La jocosa (si no fuera trágica) figura jurídica que lo acusa, rebuscado tropo en sí misma, es impropia sin embargo en tanto persigue condenar un delito "a cometerse" en el futuro, (¡ah, las leyes cubanas y la Filosofía!) cuando en realidad Gorki es responsable de todo lo contrario: de haber socavado lo permitido, de arremeter contra la norma, lo "revolucionario", lo "políticamente correcto" (en su más estricto sentido) y por tanto, la transgresión es ya un hecho; una acción que se mueve en el ámbito del pasado. Con lo que quienes lo acusan, si vamos a jugar a la "legalidad", incurren ellos mismos en un delito de prevaricación, ¡esto si no desestimamos la paranoia justificadora por oportunista, estúpida y mal intencionada!.

Como creador, en ocasiones pienso en las tan traídas-llevadas-y-cacareadas "funciones del arte" y me pregunto cómo puede el arte tener un impacto en la realidad social (cuando sea esta su intención, que no siempre es el caso) si terminamos hablando en códigos elitistas, ininteligibles para el receptor que completa el hecho artístico; instrumentando operaciones simbólicas que se sustraen a la vocación dialógica y acusan más conocimiento que sustancia, atrincherando en el significante la efectividad del significado.

Una de las características del Arte Cubano contemporáneo es su perversidad evocatoria, su capacidad para nombrar sin decir, para referir sin apuntar; densidad conceptual que "lo deja ser" pero que ocasionalmente también oculta la auto-censura, el esquive, el guiño cínico. De algún modo nos hemos vuelto demasiado retóricos, perdiendo en la perspicacia el atrevimiento de lo enunciado.


El fenómeno "Porno Para Ricardo", más allá de cualquier análisis musicológico, es para mi una operación conceptual más que sofisticada que recicla las tradiciones estéticas, sonoras y filosóficas del Punk en el entorno socio-político cubano, como estrategia para contravenir un "estado de cosas" que sus miembros consideran, como muchos cubanos, inaceptable.

Sólo que no se esconde. Porno señala, cuestiona, desafía y se ríe sin recurrir a ardides ajenos a su propia condición punk.

La "puesta en escena" es descarnada, vulgar, sin cortapisas ni compasión. Se identifica desde un supuesto amateurismo que es en realidad una mecánica de comunicación muy efectiva, en tanto su aplatanado anarquismo (circunscrito a la desaparición del Estado "as is") es una acción social responsable: en "el circo" el payaso se ríe del león. El rey de la selva, trágico y malhumorado, lo mira desde su reja hasta que decide que ya fue suficiente y se lo come. Desde el estómago se escucharán las carcajadas...

El Punk en Cuba es delictivo per se. Su voluntad descentralizadora y desafiante choca de frente con la "uniformidad socialista", el igualitarismo programado y la "moral comunista". El punk de Porno, además, arremete contra las sagradas estrategias de los poderes instituidos en Cuba, cuestionando en su estética las alianzas temporales de nuestra historia soviética, y la perversidad oximorónica de los presupuestos de una "revolución detenida".

Ataca además el concepto masa desde el ejercicio de los derechos individuales, todos, los más sublimes, los más pedestres; revalorizando en sí mismo la legitimidad de lo diferente, lo diverso, lo desigual.

En el escenario de la teocracia cubana, Gorki/Porno, comete el peor de los delitos violando las tablas de la ley en su mandamiento más perentorio "No tomarás el nombre del Señor, tu Dios, en vano", y se planta en abierta provocación a contrapelo de las consecuencias. La reacción denota que algo hay, no tan inútil, en atreverse...

¡Qué triste que la utopía de la igualdad social nos haya hecho tan desiguales!

Aplaudo a "Porno Para Ricardo" en su ferocidad a lo Cravan y me pregunto dónde están el límite y la voz: el límite que impida que haya personas privadas de su libertad por decir lo que piensan, en Cuba y en cualquier otro lugar. La voz que lo denuncie desautorizando la metáfora: nombrando, de frente, responsable.




Y a modo de ilustración sobre las sutilezas que menciono, les dejo "Trova con Distorchon" presentado en un programa Cuerda Viva de la Televisión Cubana en el 2002 . Sutil es también su presentación bajo el recurso del humor, para poder pasarlo sin siquiera nombrar al grupo; esto sin contar con la otra que encontré, Los Músicos de Bremen, donde llegan todavía más lejos...

Notas

Detalles del "proceso" de Gorki espiados al pie del cañón en Lunes de Post Revolución, por Orlando Luis Pardo.

Trivia aclaratoria

Soy de los que cree que tanto derecho tiene Gorki a decir lo que piensa, como Pablo a no decir lo que no piensa...
 

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