Remedios ascendió, su cabellera
enredada en el cuello de sus sueños
asfixió la inocencia del empeño
cuando se desnucaba en la biosfera
El coronel, ya viejo en su sonsera
escribía letargos y desdeños
reforrmulando peces en diseños
que no daban ni panes ni escaleras
Remedios, sin remedios, se deshizo
sus hijos se esparcieron en cenizas
cansados de guerreros ojerizos
El sueño del mañana se hizo trizas
y desde el suelo duro, el paraíso
se esfumó con la bella escurridiza
En todas partes, Octubre del 2008